Una mujer muy guapa que vive en los montes, en una cueva llena de calaveras. Se llevaba a los hombres que se cruzaba a su cueva para matarlos. Primero les hacía el amor. Los huesos los guardaba. Un día salió por el bosque como solía hacer; encontró a un hombre y, como de costumbre, le llevó a la cueva. Al llegar, le preparó la cena y pretendía dormirle y matarle, pero él era listo y al entrar dejó la puerta medio abierta, consiguió emborrachar a la Serrana y hacer que se durmiera antes. Entonces intentó escapar. Corría sin parar, pero la Serrana se dio cuenta y corrió detrás de él, aunque no lo alcanzó (…)