Aquí, cerca Yelbes y de Medellín, en el término municipal de Guareña, una cuadrilla de obreros trabaja en el relleno de un yacimiento, el de El Turuñuelo. Un túmulo que se ha puesto a hablar recientemente de quienes habitaban estos lugares en un tiempo entre los cuatro y los ocho siglos anteriores a nuestra era. Y de una cultura, la tartésica, cuyas palabras para describir al territorio, a sus edificios, a sus enseres y a sus gentes, desconocemos para siempre. No así su legado arquitectónico, sus bienes, sus bártulos, su insistencia en destruir y lacrar sus edificios, su singular ocupación del territorio al norte del Guadalquivir y el sur del Tajo. La investigación promete ofrecer respuestas sobre un tiempo ni tan remoto ni tan perdido, pese a las desalentadoras diferencias que a día de hoy ofrecen los cambios en el paisaje de la tierra y los ríos.