Se asoma el lince con botas al caserío de Gargantilla. En el umbral del verano, las noticias del dios sol, abren las puertas más estrechas…Incluso aquellas dónde el calor del fuego acompaña al artesano en cualquier época del año…Era la herrería lugar de trasiegos, de conversaciones; en ellas se criaban los aperos, las rejas y las herraduras, y hasta allí conducían también las veredas a los rumores y las novedades… No en vano recuerda el lince que fue en su lugar de trabajo, la fragua, dónde Vulcano recibió malas nuevas, que le murmuraban el romance de cama entre su esposa la diosa del amor, Venus, y Marte, dios de la guerra…El mensajero era el mismísimo sol que se cuela hoy para iluminar esta herrería, y darle la apariencia de un lienzo de otra edad…