Valverde de la Vera en invierno, apenas unos días después de San Blas… Entre el extremo sosiego de sus mañanas campesinas y el murmullo de las aguas corriendo calle abajo, Valverde suplica a la ley de la gravedad una demora que no aplaste contra el suelo su hermosa arquitectura de adobe y madera. Y en el número 6 de la calle de la Mimbre, un caudal de recuerdos materializados, memoria vuelta objeto explicado al detalle. Un lugar que su propietario, Aurelio Gironda, ha dado en llamar El pequeño Museo de Valverde.