Desde la defunción al momento en que el finado era depositado en la tierra o los panteones de un cementerio, la comunidad de los vivos se ponía en movimiento. Con ligeras variantes, todos los relatos hablan de la misma clave: la ayuda mutua y la expresión colectiva ante la muerte.
Hasta hace muy poco tiempo, si es que se ha extinguido ciertamente, las viudas vestían de riguroso negro en este país. Y los años pasaban entre el color oscuro de las ropas y la escasa esperanza de que no alcanzara también a los pensamientos.