Una explotación intensiva o inadecuada impide la regeneración natural del arbolado, que envejece bajo el sobrepastoreo y añade a sus males la versión radical de lo contrario, el infrapastoreo. Profundizando en los problemas ambientales se puede comprender por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, partiendo del estudio de declives como el que sufren nuestras dehesas.