El planeta Saturno gobierna algunas existencias, llenas de fructíferas búsquedas, pensamientos abstractos y profundas reflexiones, alimento de mentes hambrientas donde la vida no basta. El ser humano así se ve favorecido con generosidad por el astro y, como el caso que nos ocupa, se convierte en autor. Como Javier Teona, autor de canciones y fotografías, letrista inmune a los estribillos, de acordes sencillos y solitarios, torrencial en tiempo de estiaje de palabras. Artista existencial en imágenes anónimas, inocentes, silvestres, capaces de expresar el entusiasmo y el desaliento. Música que hace sentir a este músico secreto como el último de Pompeya, culminación de años de tentativas artísticas en medio de un vasto simulacro gobernado por el comercio.