Hacer cine en los rodajes es oficio de gente sutil y responsable, a la que siempre se usurpa el protagonismo. Para decirlo sucintamente, en este capítulo, se describen a sí mismos…Final de invierno, principios de primavera, excepcionalmente lluviosa. Unos cuarenta días de rodaje en decenas de localizaciones, dentro y fuera de Extremadura. Pequeña caravana de vehículos, aperos de fotografía, ordenadores, mamparas, paravientos, toldos, caravana de camerino, las más de las veces personas e instrumentos delicados bregando bajo el viento y la lluvia. Los ratos de sol, la espera de la nube. Los ratos de nube, a la espera del sol. Trabajos de paciencia para crear y hacer llegar el material, mejor cuanto más inmaculado, a los tibios interiores de las salas de montaje.