Una ciudad agrícola, un pueblo renacentista. Hace unos cuatrocientos años doblaba aproximadamente su población actual. De sus 6. 400 habitantes en 1591, cuando el apellidado Brocensis estaba a punto de morir, unos doscientos ochenta y cuatro eran hidalgos. Los más ricos construyeron casas con escudos, con sus títulos y apellidos como rótulos pomposos en las calles. Los menos pudientes vivieron en casas modestas pero nobles. Aquí nació el llamado Franciscus Sanctius, retórico y gramático humanista, jamás un erudito aburrido, nunca ocioso. Conoció las cortes de dos reyes en la península ibérica. Provenía de una ciudad agrícola, de un pueblo renacentista.