San Martín de Trevejo, Eljas, Valverde del Fresno… O val de Xálima. El valle del Jálama. La fala pervive como un susurro en esta tierra de límites, una geografía de sentimientos y canjes tutelada por la divinidad Salamati. Silencio de calles alrededor de montes, aguas, piedras y llanos que incluyen la rivera trevejana, el extremo suroccidental de la provincia de Salamanca y la antigua región portuguesa de Riba Coa. Aquí se bebe, se come, se trabaja, se ama y se duerme con el rastro de mucha vida sembrada de entendimientos. Acude el lince al reclamo de la conversación y la certeza de que asiste a un tiempo de alteraciones, de polución de una identidad cultural que no es honrado alterar.