La actividad cinegética cuenta con el amparo de las instituciones, que se ejercitan en el funambulismo a la hora de bendecir la caza intensiva, cumplir y hacer cumplir las normativas de Derecho comunitario y promocionar recursos como una naturaleza limpia y silvestre. El cambio de modelo de lo tradicional a lo intensivo es un secreto a voces: las cacerías son un negocio de abismos cuyos impulsores ahondan en lo atávico para convencer de que la permanencia en un feudalismo modernizado es conveniente.