Al norte de Extremadura entre las sierras meridionales de Gredos se configura el singular paisaje cultural del Valle del Jerte, una tierra fértil en fruticultura, cuyos productos, en especial las cerezas, son conocidas en el mundo entero por su calidad. Unido a este cultivo se ha desarrollado una experiencia de cooperativismo agrario que, en la actualidad, es un referente nacional e internacional por su capacidad de innovación y desarrollo.