Piensa el lince con botas que uno está en deuda con sus mentores, con sus mayores y con todos los que le enseñan algo. Y comparte con un joven estudio de eco-arquitectura, con los propietarios de una vivienda tradicional en rehabilitación y con los albañiles a cargo de la obra, la inquietud y la preocupación por la pérdida de una serie de materiales y técnicas cuya importancia cultural y provecho social, cuestiones ambas puestas en entredicho en el sector de la construcción e inmobiliario, suponen un peso de belleza que la sociedad moderna descarta albergar sobre sus hombros.