Libertad Gómez, natural de la pequeña población de Rosalejo, estudió primero en Navalmoral de la Mata y después se fue a cursar Ciencias ambientales a Salamanca y Granada. Desde allí, su espíritu aventurero y ecologista la llevó, más allá del océano, en proyectos de estudio y de cooperación, a sociedades distintas de la nuestra, donde aprendió lo que no dan las aulas. Y emprendió: Nantíc es el nombre de su empresa, especializada en saneamiento portátil para eventos con dos fuertes incentivos: el importante ahorro de agua y la reutilización de los desechos orgánicos humanos para mantillo fertilizante. Libertad tomó el nombre del idioma tseltal, etnia indígena que habita en la sierra Norte de Chiapas, en México, donde Nantíc significa “madre” o “mujer con autoridad”.