Dicen que hay una botica sin paredes ni puertas, un almacén extraño abierto a todo el que llega, donde el género ni se compra ni se vende. La única orientación allí es conocimiento, humildad, prudencia. Entrar en este universo exige una transmutación de los valores, abandonar un mundo en que todo bien, o se adquiere con dinero, o se denigra y degrada. Las últimas generaciones que lo necesitaron y supieron y pudieron proveerse, en tiempos de escasez, en este almacén cada vez más depauperado. Carmen García Donoso, nieta de pastor, mujer afable y desprendida, nos guía en este recorrido…