En el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid reposan los restos de Diego Muñoz-Torrero y Ramírez-Moyano, extremeño, padre fundador de la Constitución de 1812. Descrito en los Episodios Nacionales de Galdós como uno de los más inteligentes, activos e importantes liberales, su figura ha sido rescatada recientemente en el propio Congreso de los Diputados. La existencia de Muñoz Torrero, probablemente la personalidad extremeña más influyente y prestigiosa, terminó mal para su cuerpo, envilecido y asesinado, pero no tanto para sus ideales, un canto al respeto, la convivencia y la esperanza. Ideales realistas y no solo pragmáticos o románticos que, de vez en cuando, caen en el olvido.