A pesar de tratarse de insectos -un reino del mundo animal contra el que los seres humanos se muestras especialmente quisquillosos- las abejas han tenido la fortuna de contar con el beneplácito reservado a los aliados y contribuyentes. Dignos de estudio y admiración, al enseñar una sociedad estructurada, laboriosa, constante, consumidora y, al tiempo, exportadora de ambrosías, es el de las abejas un mundo silvestre que a pesar de su pequeña escala, se revela como uno de los puntales en el ciclo de la naturaleza. Pero, empeñada la humanidad en que nada sea eterno, a lo largo de este episodio no faltará quien saque a colación la célebre sentencia de Albert Einstein, según la cual la desaparición de las abejas conllevaría, en apenas un suspiro, la desaparición de la humanidad. El Lince con Botas escucha relatos en Fuenlabrada de los Montes y apetece empezar por el principio, o mejor dicho, por arriba en la escala social del reino de las abejas.