Anónimos autores de sus propias palabras… Entre lo sacro y lo profano, el mundo de las leyendas y la mitología, de lo que se cuentan unos a otros los seres humanos desde la infancia… Algo tan interesante que ya personajes como Linneo le dedicaron su atención. Después, en el siglo XIX, se le llamó a menudo folklore, y se asociaron las invenciones fabulosas de algunos pueblos a sus trajes, bailes y música tradicional… Pero los relatos anónimos se cambian de ropa con tanta facilidad como las nuevas generaciones. Parecen desaparecer como las nubes, y vuelven otro día con formas diferentes… Hasta la más sencilla investigación permite comprobarlo. Desde la chica de la autopista al mito (o rito) de la Verónica, éste es el tema: cuentos de una cultura contemporánea, llamada a menudo urbana.