Un modelo de miniagricultura bio intensiva, centenario, opuesto a la helada horma extractiva en que la deriva de los mercados ha convertido el cultivo y cría de alimentos. Carmen y Mario trabajan sin pretextos en esta finca de quince hectáreas, un organismo vivo: la tenacidad y el esfuerzo diarios, la responsabilidad social y personal, la experiencia acumulada al compás de una salud más aguzada, sutil e inteligente. Y una empatía que ha convertido su experiencia en un punto de apoyo para tantos otros que han ido más allá del reino de los pensamientos. Desde su finca muestran con argumentos y hechos qué caminos tomar para frenar la despoblación, atraer gentes al territorio y cultivar los bienes.