En su interior, una de las pocas colecciones de pinturas paleolíticas conocida fuera del núcleo franco-cantábrico de arte rupestre. Motivos que se encuentran también en cuevas francesas y del norte de la península ibérica, atestiguando que durante el Paleolítico Superior hay una fluida comunicación entre los grupos humanos. En el mismo período, herramientas de sílex francés encontradas en Portugal, o conchas del litoral en el interior de la meseta dan fe de lo mismo: nuestros antepasados no vivían aislados. Los pintores de Maltravieso fueron gente de nuestra misma especie: otra tecnología, otras sociedad, otra relación con el medio ambiente, pero con las mismas aptitudes innatas. Nómadas estacionales, cazadores-recolectores, capaces de pensamiento abstracto… Como todo símbolo del que se ignoran las claves, estos son indescifrables.