Dos capítulos dedicados a la tradición oral de una extraordinaria epopeya: desde los alfares de Salvatierra de los Barros, generaciones de arrieros, con sus burros cargados de botijos, llegaron a conquistar el mercado peninsular, las islas Baleares, internarse en Europa e incluso embarcar para cruzar el océano Atlántico. Hazañas de caminantes, historias de posadas, noches al abrigo del camposanto, que nos retraen al mundo de Marco Polo, a los viajes de Don Quijote. Ellos fueron los últimos en medir el mundo con sus pasos.